Si en los años del ‘boom’ inmobiliario casi no había stock de vivienda y prácticamente todo lo que se construía se vendía a precios desorbitados en apenas unos días –incluso pisos minúsculos que podrían ser calificados perfectamente como ‘infraviviendas’–, hoy, tras siete años de crisis, hay 100.000 casas que jamás encontrarán comprador salvo que sus dueños decidan rebajarlas a ‘precios de derribo’, según afirma bankinter en su informe semestral sobre el mercado inmobiliario español
estas viviendas ‘invendibles’, que suponen casi el 15% del stock oficial cifrado en 700.000 inmuebles “si añadimos al stock oficial reconocido por el ministerio de fomento el conjunto de viviendas adjudicadas que figura en el balance de las entidades financieras y de sareb”, están situadas en lugares de la geografía española muy poco atractivos para los inversores y particulares que actualmente tienen capacidad de compra
por el contrario, según apunta el banco en su informe, en las localizaciones prime de las principales localidades españolas hay una escasez de oferta“que se cubrirá en los próximos trimestres a través de la rehabilitación y de la nueva promoción”